jueves, 31 de mayo de 2012

miércoles, 30 de mayo de 2012

Tucumán: Todos al paro, basta de precarización laboral en la UNT


Martes 29, Miércoles 30, Jueves 31
TODOS AL PARO
CON CLASES PÚBLICAS, ASAMBLEAS Y COMITÉS DE LUCHA




 
¿POR QUÉ PARAMOS?
NUESTRO PLAN DE LUCHA NO TIENE NADA QUE VER CON UN SUPUESTO RECHAZO A LOS CONCURSOS, SINO CON EL RECHAZO A LA PRECARIZACIÓN LABORAL Y LOS DESPIDOS.

El rector Cerisola y sus funcionarios han salido a decir en los medios de comunicación que el paro docente es ‘injusto’ y que supuestamente los docentes nos oponemos a los concursos. Esto es COMPLETAMENTE FALSO. El proyecto de Carrera Docente presentado por Adiunt incluye taxativamente el INGRESO POR CONCURSO.

Lo que sucede, y Cerisola oculta, es que los docentes universitarios y preuniversitarios de la UNT sufrimos un régimen laboral extremadamente precarizado. El 80% de los colegas preuniversitarios reviste la situación de interino (o, peor aún, simplemente ‘cobran por planilla’, sin siquiera ser interinos). Lo mismo sucede con el 50%  de los docentes de las facultades, con situaciones incluso peores: hay cátedras enteras sostenidas en el trabajo gratuito (con docentes de ‘formación de recursos humanos’ a cargo de comisiones de trabajos prácticos).
La situación no es nueva: viene desde hace varias décadas, e incluso se ha agravado. Los docentes hemos realizado distintas propuestas para superar la situación, pero el Rector Cerisola las ha rechazado sistemáticamente. Inclusive, en la Comisión Paritaria llegamos a un acuerdo que resolvería la situación: los representantes de Cerisola dijeron estar de acuerdo, pero luego el rector se echó atrás y sus Consejeros votaron en contra en el Consejo Superior (recordemos que el propio rector se jacta de tener mayoría absoluta, por lo que es claro que la ‘marcha atrás’ fue decisión de Cerisola). El Rector y las autoridades son doblemente responsables de esta situación: 1) por haberla generado al no llamar oportunamente a los concursos; 2) por haber boicoteado activamente las soluciones propuestas e incluso consensuadas.
Ahora la situación ha llegado a un límite, especialmente entre los docentes preuniversitarios, para quienes reviste extrema gravedad. Cuando ingresaron en sus cargos, mediante el proceso de cobertura de interinatos y suplencias, las autoridades no garantizaron la realización de los concursos como correspondía, dentro del plazo del primer año. Ahora, cuando los colegas tienen varios años de antigüedad en sus cargos, las autoridades pretenden someterlos a la competencia de un concurso público, poniendo en peligro su fuente de trabajo, en tiempos en los que los concursos en su mayoría han dejado de ser transparentes y democráticos.
El paro es para rechazar estas maniobras que, en la práctica, son despidos sin indemnización, y para reclamar que se apruebe de una vez por todas la Carrera Docente. Alcanzar la misma, implicaría ingresar a la universidad por concurso, permanecer en nuestros cargos a través de evaluaciones periódicas, y volver a concursar solamente en los casos de ascenso. O sea, significaría alcanzar estabilidad laboral en nuestro trabajo.

EL RECTOR, LOS CONCURSOS Y LA REFORMA DEL 18

El argumento preferido del Rector Cerisola para atacar a los docentes es que “la UNT está estructurada sobre la base de muchos principios, entre estos están los de la Reforma Universitaria; y entre estos figura el de los concursos. En esta universidad se ingresa y se permanece por concurso” (La Gaceta, 27/05). Pero, ¿es verdad lo que dice el rector?
Los reformistas del 18, en realidad, impulsaban el ingreso por concurso y la revalidación del cargo mediante evaluación cada 5 años[1].  Esto es exactamente lo mismo que planteamos los docentes.
Más importante que la coincidencia formal, de todos modos, es que los reformistas del 18 hicieron el planteo de los concursos (‘periodicidad de cátedra’ le llamaban ellos) para enfrentar a las camarillas enquistadas en la Universidad. En la actualidad, las propias camarillas pretenden usar la justa reivindicación de los concursos no para garantizar el ingreso de docentes idóneos, sino para dejar afuera a colegas que ya llevan años y hasta décadas en sus cargos.
La prueba más alevosa de que al rectorado y a las autoridades no les interesa en absoluto defender los principios de la Reforma del 18 en torno a los concursos es lo que sucede en la carrera de Cine: siendo una carrera nueva, las autoridades podrían haber dado un gran ejemplo y llamar a concurso para todos los cargos nuevos. Sin embargo, no lo han hecho y la gran mayoría de los cargos se ha cubierto con designaciones a dedo.
Hay una cosa más: la Reforma del 18 exigía que los estudiantes participaran de los jurados de los concursos con poder de veto. La conformación actual de los jurados no sólo deja afuera al estamento estudiantil sino que, en general, y salvo contadas ocasiones, hay un manejo político de los integrantes del tribunal.
Sólo con estas breves observaciones, queda claro que la invocación a la Reforma del 18 que hace el Rector Cerisola es simplemente un acto de oportunismo que nada tiene que ver con la política que lleva a cabo.

GARANTICEMOS EL TRIUNFO: CLASES PÚBLICAS Y COMITÉS DE LUCHA

El reclamo por la estabilidad laboral y la carrera docente es de importancia central; tenemos que encarar el plan de lucha con medidas a la altura de las circunstancias. ¿Cómo lo hacemos?
Desde ya, están las asambleas convocadas por Adiunt (martes y jueves), pero hay ciertas cuestiones que resultan fundamentales. En primer lugar, el rectorado busca separar artificialmente a docentes de las facultades y docentes de los preuniversitarios, con el argumento de que “los preuniversitarios no quieren rendir concursos”. Esto es completamente falso (ver nota al respecto), pero debemos explicarlo a los colegas de todas las facultades.
Asimismo, los estudiantes y los padres reciben el mismo discurso tergiversado por parte de las autoridades. Es importante entonces que, en facultades y preuniversitarios, realicemos actividades conjuntas, especialmente clases públicas, en las que expliquemos a estudiantes y a padres el motivo de nuestra lucha y busquemos su solidaridad.
Entre el movimiento estudiantil, además, está en curso un plan de lucha por infraestructura y aumento de presupuesto (particularmente en Artes y Ciencias Naturales). Además de las clases públicas, sería muy productiva la conformación de Comités de Lucha conjuntos (docentes y estudiantes) en cada unidad académica y, sobre esta base, conformar una Coordinadora Universitaria de Lucha, para lograr la satisfacción de todos los reclamos.



[1] Ver, por ejemplo, La Reforma Universitaria. Desafíos y perspectivas noventa años después; Sader, Aboiter y Gentili, Clacso, 2008.

Filo: Boletín de la Agrupación Naranja en FRENTE DOCENTE

También en FILO,
Sigamos construyendo AGD-UBA
Votá FRENTE DOCENTE


Del 11 al 15 de junio se realizarán las elecciones para renovar la Mesa Ejecutiva y Comisión Revisora de Cuentas de la AGD UBA y las comisiones directivas de las distintas facultades, CBC y colegios preuniversitarios.

Es una instancia clave para debatir y decidir acerca de qué conducción necesitamos los docentes e investigadores de la UBA para nuestro gremio.

Las elecciones se realizarán en el cuadro del reclamo por la reapertura de la paritaria salarial, por un salario acorde a la canasta familiar, por ningún docente sin salario y sin designación. Contra el 20,5% en cuotas con el que el Gobierno, los rectores y las burocracias pretenden cerrar toda discusión salarial hasta 2013.

También, por un Convenio Colectivo de Trabajo que garantice la estabilidad con carrera docente, mejores condiciones de trabajo, estructura de cátedra, un verdadero régimen de licencias, capacitación y actualización gratuitas y en servicio. Contra todos los intentos de liquidar la negociación colectiva nacional y de entregar a los rectorados la resolución de lo que podamos conquistar.

En la UBA acabamos de obtener un gran logro: frenamos las cesantías masivas de cientos de compañeros y compañeras a quienes el Consejo Superior les niega el derecho a opción conquistado con la ley jubilatoria. Esta lucha permite garantizar y perfeccionar la enorme conquista del 82% móvil de la que fuimos parte. Vamos ahora por la reincorporación de todos los docentes y por la plena vigencia de la ley.

AGD continuará las campañas por una obra social en manos de sus afiliados, sin coseguros y con plena accesibilidad a todos los servicios. Y por la eliminación de la estafa de  la caja complementaria.
Por una política científica que no deje en la calle a los jóvenes doctores y descarte sus saberes. Y una política académica que no esté subordinada al congelamiento de la planta y del presupuesto. Por la reincorporación de los compañeros despedidos por su actividad gremial.
Lo mismo en cuanto a nuestra posición estratégica para democratizar la UBA, su forma de gobierno y su Estatuto, junto al movimiento estudiantil.

La gremial que tenemos y la gremial que necesitamos para Filo

La AGD UBA, conducida por la Agrupación Naranja, es la protagonista de todos los reclamos, luchas, movilizaciones y logros de la docencia universitaria que acabamos de mencionar. La actual conducción de la AGD Filo, en cambio, fue y es la gran ausente.

La lista Violeta, que conduce la comisión directiva en nuestra facultad desde hace cuatro años, evita hacer referencia a la situación política e intervenir en los problemas de la docencia universitaria en su conjunto, argumentando la necesidad de concentrarse en mejorar la “participación” y centrando su actividad casi exclusivamente en lo que sucede en nuestra facultad. Sin embargo, lejos de contar con un gremio movilizado y participativo, tenemos una AGD-Filo que se ha sumido en una pasividad alarmante, carente de iniciativas y cercana al decanato, de quien se ha convertido en una virtual “gestora”.

Del discurso a la realidad. Del “horizontalismo” a la alianza con la gestión.

Los cuatro años de gestión de la Lista Violeta pusieron de manifiesto que la crítica a los “excesos” de las medidas de lucha encubría en realidad una política de pasividad y adaptación a la creciente miseria presupuestaria de una gestión cada vez más estrechamente adepta al rectorado y al gobierno. Detrás de los argumentos “horizontales” y “democráticos” se esconde una política conservadora, que utiliza el reclamo de la “participación” para atacar a la dirección de un gremio combativo y democrático y no para enfrentar a las burocracias sindicales y a las autoridades universitarias y educativas.

La abierta intervención de la gestión en la última elección de la AGD en Filo, en 2010, apoyando a la lista Violeta, reforzó las limitaciones de la AGD-Filo para ponerse a la cabeza de la lucha por las reivindicaciones más inmediatas de los docentes de la facultad. La situación es grave: la misma gestión que participa en actividades de ADUBA y FEDUBA y cuyos integrantes afirmaron públicamente, en las últimas semanas, que “no tienen por qué seguir los criterios de AGD” a la hora de asignar salarios —refiriéndose a los criterios votados en asambleas numerosas de docentes de nuestra facultad—, es la que volcó sus votos en favor de la Violeta en la última elección.

Balance del período 2010-2012: nada por aquí, nada por allá.

En este cuadro, los últimos dos años estuvieron marcados por una impasse, que continúa profundizando el debilitamiento de nuestra gremial en la facultad. La principal, y prácticamente única, iniciativa de la conducción de AGD-Filo entre 2010 y 2012 fue la llamada campaña por la “regularización salarial”. En la asamblea docente que se realizó en 2011 los compañeros de la Naranja propusimos la consigna “Ningún docente sin el salario que le corresponde”, que resultó aprobada, con el objetivo de unificar el reclamo para todos los que sufren algún tipo de irregularidad salarial, y planteamos la necesidad de lanzar un plan de acción para conquistar este reclamo.

La lista Violeta encaró la campaña con una perspectiva distinta, poniendo todas sus fichas en la aprobación de una resolución por parte del Consejo Directivo y confiando en que debíamos plantearnos “como facultad”, es decir docentes y autoridades en forma conjunta, la obtención de parte del Rectorado y las autoridades del Ministerio de los fondos necesarios para la regularización salarial. Desde la Agrupación Naranja sostuvimos una crítica a esta perspectiva: por un lado porque, así planteada, implica una división entre el conjunto de los docentes de la UBA llevando a los de cada facultad a actuar junto a sus respectivas autoridades para obtener una mejora en su situación. Por otro lado, y aún más grave, porque suponía una confianza en la gestión de Filo, esperando que a partir de una resolución del Consejo Directivo de la facultad ésta sería capaz de obtener una transferencia de fondos hasta ahora negada por las autoridades.

El resultado quedó a la vista en la asamblea por regularización realizada en mayo de 2012: a lo largo de un año la gestión no hizo ninguna negociación ni reclamo a la UBA por los salarios de los docentes de la facultad, y tampoco presentó ningún informe sobre las medidas tomadas o propuestas, como se había comprometido en la resolución votada por el CD. La situación no solo no mejoró, sino que se ha agravado. Los docentes que trabajan como ad honorem siguen sumando años sin cobrar y provocan una verdadera carnicería al interior de las juntas por el reparto de las pocas rentas que se van liberando.

Lo mismo ocurrió con la campaña sobre condiciones y medio ambiente de trabajo (CyMAT), impulsada por AGD Filo durante su mandato anterior. Hoy se encuentra aún en pie el reclamo por el presupuesto para que se construya un edificio para todos y todas en la zona del estacionamiento y no tenemos ninguna mejora en las condiciones de trabajo para los docentes de la facultad (ver nuestro Balance 2011). Lo mismo sucedió incluso con distintos problemas gremiales de los docentes de nuestra facultad. Frente a los últimos problemas de caídas de salarios y cesantías forzadas, entre ellas la de Eduardo Grüner, la AGD-Filo se limitó a reproducir lo dicho por la gestión y hablar de “errores administrativos” sin denunciar que, error o no, se dejó sin salario y de un plumazo a decenas de docentes durante todo un mes.

Por una AGD Filo de los docentes e investigadores

En este cuadro el “cambio” que necesitamos en Filo es volver a tener una gremial independiente del gobierno y de la gestión, que plantee la movilización y la participación de los docentes como único camino para obtener nuestras reivindicaciones. El “cambio” que hace falta es desarrollar, también en Filo, el camino de lucha histórico de AGD-UBA. Esa ha sido y es la perspectiva de la Agrupación Naranja, conducción de AGD-UBA y minoría en AGD-Filo. Somos quienes históricamente luchamos por salario genuino para todos los docentes, por la triplicación del presupuesto, por la democratización de la UBA y por un convenio colectivo de trabajo único para toda la docencia universitaria. Fuimos los que apoyamos a los docentes del laboratorio de idiomas en sus reclamos desde un primer momento, quienes exigimos mejores condiciones de trabajo y medio ambiente durante las jornadas de 2010, quienes reclamamos contra las cesantías en Filo y en toda la UBA y quienes estamos siempre presentes en la facultad en toda jornada de lucha votada por nuestra federación, informando a los docentes e invitándolos a participar. Quienes nos movilizamos con los jóvenes investigadores despedidos del CONICET a fines de 2011, quienes rechazamos los emprendimientos de la megaminería contaminante. Quienes luchamos y logramos frenar a la UBA en su intento por dejar cesantes a unos 700 docentes, exigimos la reincorporación de los docentes despedidos del Rojas y rechazamos la ANFHE-CONEAU dentro de Filo y de toda la UBA.

Por una gremial de los docentes e investigadores, independiente de la gestión, en Filo votá Frente Docente.

Cinco propuestas fundamentales

1. Planteamos un plan de acción para que todos los docentes de Filo cobren el salario que les corresponde.
2. Rechazamos los despidos encubiertos como jubilaciones o bien con el nuevo modismo del “registro de aspirantes” que busca regular la planta docente a los arbitrios de la ocasional mayoría política de una Junta.
3. Proponemos reconocimiento laboral (designación como docentes) para los adscriptos. Y asignación inmediata de obra social y ART para los ad honorem, en el camino por la conquista de su salario.
4. Exigimos estabilidad docente para todos los interinos en Filo y los docentes del laboratorio de idiomas.
5. Reclamamos la regularización inmediata de todos los docentes interinos y aquellos con concursos vencidos.

martes, 29 de mayo de 2012

Paremos las cesantías masivas. Solicitada con más de dos mil firmas

Reproducimos la solicitada difundida por nuestro gremio
 
SOLICITADA

Seguimos recibiendo firmas al  http://cor.to/cesantias

Paremos las cesantías masivas. Evitemos la destrucción de la UBA


ACTO CLASE MAGISTRAL a cargo de docentes amenazados con la cesantía.

Viernes 8 de junio, 19hs., en Santiago del Estero 1029 (Facultad de Cs.Sociales)


Asociación Gremial Docente (AGD) de la UBA


Petitorio por el derecho a opción en la UBA. Plena vigencia de la Ley 26.508


Los abajo firmantes, docentes, intelectuales, artistas, trabajadores de la cultura, estudiantes, y ciudadanos manifestamos nuestro más enérgico repudio a las cesantías de los docentes de la UBA, a quienes se les niega el derecho a optar por permanecer en sus cargos hasta cinco años más tras cumplir los 65 años. Tal derecho está consagrado en la Ley 26.508 de jubilación de los docentes universitarios, conquistada tras una larga lucha en 2009, y votada por unanimidad en el Parlamento. El Rectorado de la UBA es el único que no cumple la ley en  el país.

Las resoluciones del Rectorado de la UBA, que mantienen su negativa a dar cumplimiento pleno de la Ley, amenazan con dejar en la calle a miles de docentes que han desarrollado durante años sus tareas de enseñanza, investigación y extensión. Tal es el caso, entre más de 700 compañeros docentes, del Dr. Eduardo Grüner, quien fue dado de baja y posteriormente reincorporado en la Facultad de Filosofía y Letras.


Reclamamos la inmediata reincorporación y el pago a término del salario de todos los docentes cesanteados.


Reclamamos que el Rectorado, el Consejo Superior y los Decanos cumplan con la Ley 26.508.


Adela Britos, Adela Salzmann, Adelina Camerata, Adrián Barbieri, Adrián Veaute, Adriana Collado, Adriana de Lucio, Adriana Lameiro, Adriana Migliavacca, Adriana N. Manso, Adriano Peirone, Alejandro De Oto, Agostina Gieco, Agostina Invernizzi, Agostina Loreley Gieco, Agostina Macchi, Agustín Arevalo, Agustín Lucas Prestifilippo, Agustin Santella, Agustina Casaretto, Agustina de Chazal, Agustina Mermet, Agustina Roca, Agustina Spanghero, Agustina Toscani, Agustina Vidales Agüero, Ailen Luca, Ailen Ponce, Alan Roy Jones, Alan Ulacia, Alberto A. Arias, Alberto Ascione, Alberto B Ilieff, Alberto Eduardo Merlo, Alberto Elizalde Leal, Alberto G. Diaz, Alberto Guilis, Alberto Javier Guzmán, Alberto Laria, Alberto Parisí, Alberto Sladogna, Alberto Szpunberg, Alberto Tchira, Alberto Val, Alberto Vicente Fortunato, Alcira Argumedo, Alcira Bas, Alcira Beatriz Bonilla, Alcira Evarista Alonso, Aldo Morello, Alejandra Arístegui, Alejandra Glatzel, Alejandra Hunter, Alejandra Lukachi, Alejandra Najenson, Alejandra Pasino, Alejandra Rodriguez, Alejandra Stein, Alejandra Valerani, Alejandrina Morelli, Alejandro Bresler, Alejandro de Monasterio, Alejandro Ferrer, Alejandro Fridman, Alejandro Gallaro Fuster, Alejandro Grimson, Alejandro Groppo, Alejandro Horowicz, Alejandro Ricagno, Alejandro Romero, Alejandro Schneider, Alejandro Vainer, Alejandro Vennera, Alejo Passarella, Alejo Petrosini, Alex Laszewicki, Alfonsina Guardia, Alfredo Caeiro, Alfredo Emilio Trento, Alfredo Grande, Alfredo Rosenbaum, Alfredo Yantorno, Alicia Entel, Alicia Falconi, Alicia Iriarte, Alicia Le Fur, Alicia Lipovetzky, Alicia Mirta Canessa, Alicia Rojo, Alicia Sanguinetti, Alicia Susana Gómez, Alina Palamarczuk, Alvira Daroqui, Américo Cristófalo, Ana Ballester, Ana Custeau, Ana Gabriela Castellani, Ana Gutiérrez, Ana Laura Bonelli Zapata, Ana Laura Chalela, Ana Laura López, Ana Longoni, Ana Lucia Grondona, Ana Lucia Nunes de Sousa, Ana Maria Bertrem, Ana María Cassinelli, Ana María Rico, Ana Mariel Weinstock, Ana Mercedes Molnar, Ana Sallenave, Anabella Lacreu, Anabella Ranalli, Analía Aurora Godoy, Analía Ortega, Analía Reale, Andrea Andújar, Andrea Escobar, Andrea García, Andrea Ivanna Gigena, Andrea Mariana Abbas, Andrea Molfetta, Andrea Robles, Andrea Valeria Wurm, Andrea Victoria Ocon, Andrea Warszatska, Andres Angelopulo, Andrés Figueroa, Andrés Gattinoni, Andrés Jiménez Colodrero, Angel Gustavo Galdeano, Angela Gnazzo, Angélica Carrizo Bonetto, Angelica Jordan, Angelina Uzín Olleros, Antonela Mugno, Antonela Scattolini, Antonella Destéfano, Antonia Rueda, Antonio Rosselló, Anush Katchadjian, Araceli Mariel Arreche, Ariadni Mavrakis, Arián Racca, Ariane Diaz, Ariel Eidelman, Ariel Issaharoff, Ariel Magirena, Ariel Slipak, Ariel Yoguel, Armando Aligia, Armando Szapiro, Augusta Norma Gianotti, Axel Frydman, Ayelen Carranza, Azul Morganti, Bárbara Bilbao, Bárbara Gudaitis, Bárbara Ohanian, Bárbara Pérez Jaime, Barbas Juan Martin, Beatriz Bixio, Beatriz Sarlo, Beatriz Cecilia Valinoti, Beatriz Olhasso, Beatriz Rajland, Beatriz Sarlo, Belé Chaud, Belén Ballesta, Belén de Martino, Belén Leuzzi, Belen Ortiz, Belen Queirolo, Benicio Blanco, Bernardo Kleiner, Betiana Schneider, Bettina Paula Castorino, Bibiana Apolonia Del Brutto Lopez, Billordo Matias Federico, Boido Pablo Salvador, Braian Tadei, Brian Majlin, Brian Sepúlveda, Bruno Cernuschi Frias, C Gustavo Lorenzo, Camila Brandoni Allende, Camila Robles, Camila Segovia, Camilo Ficarra, Candela Tuñón, Canela Ferrara, Carina Circosta, Carina Elián Meirás, Carina Fasano, Carla Bettino, Carla García Olivieri, Carla Masmun, Carlos A Raffo, Carlos Alberto Barzani, Carlos Alejandro Guzmán Tórrez, Carlos Alfredo Lema, Carlos Alfredo Ruiz, Carlos Baraldini, Carlos David Garberi, Carlos del Frade, Carlos F. Savransky, Carlos G. García, Carlos Mangone, Carlos Nísero, Carmen Benitez, Carmen Crouzeilles, Carola Martinez Arroyo, Carolina Antunez, Carolina Bruck, Carolina Cecilia Rovner, Carolina Grenoville, Carolina Justo von Lurzer, Carolina Kurz, Carolina Loj, Carolina Sanchez, Carolina Saylancioglu, Carolina Selzer, Carolina Semmoloni, Carolina Sonia Rodil, Carolina Zeindl, Casandra Godio, Catalina Boccardo, Catalina Julia Artesi, Caterina Bourg, Cecilia Cipolloni, Cecilia Dinius, Cecilia Feijoo, Cecilia Fiel, Cecilia García, Cecilia Gárgano, Cecilia Gorodischer, Cecilia Heredia, Cecilia Hidalgo, Cecilia Hoyos Hattori, Cecilia Iida, Cecilia Leon, Cecilia Manero, Cecilia Mariel Osiglio, Cecilia Martínez, Cecilia Mónica Bayón, Cecilia Palacios, Cecilia Rikap, Cecilia Rossi, Cecilia Torres Garibaldi, Cecilia Vazquez, Celeste Choclin, Celeste Marin, César Galo, César Hazaki, Chacon Dorr Maria Virginia, Chiara Speranza, Chinaski Eduardo, Christian Castillo, Christian Ferrer, Ciela Asad, Cinthia Guerra, Cintia Ini, Cintia Martinez, Cintia Zamponi, Clara Byron, Clara Bressano, Clara Graciela Roitman, Clara Marticoren, Clara Ríos, Clara Sassi Parrile, Claudia Abraham, Claudia Alejandra Pelera, Claudia Castro, Claudia Consiglio, Claudia Favale, Claudia Hartfiel, Claudia Irene Vespa, Claudia Melnik, Claudia Santa Cruz, Claudia Venturelli, Claudia Weiner, Claudio Katz, Claudio Martyniuk, Conrado Yasenza, Constanza Sacco Ceron, Constanza Volpin, Cora Gamarnik, Cora Papic, Costa Malena, Cristian Aquino, Cristian Henkel, Cristian Pauls, Cristián Sucksdorf, Cristina Banegas, Cristina Bologna, Cristina Castello, Cristina Civale, Cristina García Oliver, Cristina González, Cristina Guzzo, Cristina Irene Ochoa, Cristina Mateu, Cristina Rodríguez, Cristina Rossi, Cristina Zuker, Cynthia Daiban, Cynthia Moreno Turnes, Cynthia Rivarola, Daiana Estefanía Yovan, Damián Bil, Damian D?Amico, Damian Melcer, Dana Zylberman, Daniel ABUD, Daniel Alvaro, Daniel Amiano, Daniel Antonio Radosta, Daniel Badenes, Daniel Baigorria, Daniel Duarte, Daniel Feierstein, Daniel García Delgado, Daniel Guebel, Daniel Jones, Daniel Link,  Daniel Osuna, Daniel Osvaldo Turovezky, Daniel Ríos, Daniel Salerno, Daniela Cristobal, Daniela García, Daniela Massanet, Daniela Monje, Daniela Puig, Daniela Tennina, Daniela Zampieri, Dara Paula Costas, Darío Capelli, Debora D´Antonio, Débora Kantor, Dèbora Trachter, Delfina Fernández Frade, Delia Ramírez, Demetrio  Martín Vilela, Demián Alejandro García Orfanó, Demian Maciel, Demian Paredes, Denise Menache, Diana Alvarez, Diana Bellessi, Diana Estrin, Diana Markwald, Diana Melnik, Diego Bruno, Diego Ceruso, Diego Conno, Diego De Angelis, Diego Giller, Diego Martinez, Diego Picotto, Diego Rojas, Diego Spivacow, Diego Sztulwark, Dolores Rocca Rivarola, Dome Carolina, Dominga Gorosito, Dora del Valle Pugliese, Dora González, Dora Martinez, Doukler Nora, Durand Camila, Edgardo Alvarez, Edgardo Cozarinsky, Edgardo Riera, Eduardo Cartoccio, Eduardo Crivelli, Eduardo Garaglia, Eduardo Joly, Eduardo Jorge Rauch, Eduardo José Wischnivetzky Gordin, Eduardo Laso, Eduardo Manzione, Eduardo Marún, Eduardo Maturano, Eduardo Mileo, Eduardo Raíces, Eduardo Romano, Eduardo Sartelli, Eduardo Suárez, Eduardo Weisz, Elba Verónica Cruz, Elena Carmen Scirica, Elena Dorado, Eleonora Garcia, Eliana Díaz, Elina Julia Kohen, Elina Tranchini, Elio Rodolfo Parisí, Elis Danoviz, Elisa Lucarelli, Elisa Marino, Elisa Sánchez, Elizabeth Jacobo, Eloy Passarella, Elsa Drucaroff, Elsa L. Schvartzman, Elvira Levy, Emanuel Marcos Abínzano, Emilce Balmayor, Emilce Melano, Emiliano Aguilar, Emiliano Balaguer, Emiliano Doldan, Emiliano Marcelo Clerici, Emiliano Scaricaciottoli, Emilio Carbia, Emilio Tenti, Enrique Carpintero, Enrique Morcillo, Enrique Rozitchner, Enzo Andrés Scargiali, Enzo Miguel Sileoni, Erica Nikoniuk, Ernesto  Fabian Eiroa, Ernesto Lamas, Ernesto Luis López,  Ernesto Rodríguez, Esteban Campos, Esteban Gonzalez Rittler, Esteban Maito, Esteban Mercatante, Esteban Moore, Esteban Nicotra, Esteban Peñín, Esteban Vernik, Estela Fernández Nadal, Estela Kallay, Estela Maidac, Estela Monica Cuatrocchi, Estela Pereyra, Estela Tolomei, Eugenia Cabral, Eugenio Schcolnicov, Eva Isabel Ruiz Barrios, Evangelina Cappelletti, Evangelina Margiolakis, Evelin Isaguirre, Evelio Leartes, Evelyn Maira Guerra, Evelyn Villalba, Ezequiel Bassa, Ezequiel Benegas, Ezequiel Meler, Fabián Harari, Fabiana Ferreira, Fabiana Mabel Bilbao, Facundo Queirolo, Facundo Rocca, Fara Korsunsky, Fátima Pecci, Federico Abiuso, Federico Arguto, Federico Arzeno, Federico Barrionuevo, Federico Caprino, Federico Diaz, Federico Lindeibom, Federico Wolpers, Fermin Raviolo, Fernanda de Acha, Fernanda Gutierrez Estrada, Fernanda Marino, Fernanda Viggiani, Fernández Bardo, Mariana Fernando Aiziczon, Fernando Caccia, Fernando Caputo, Fernando Castellá, Fernando Gabriel Rodil, Fernando Galizia, Fernando Krichmar, Fernando Pagnoni, Fernando Peirone, Fernando Ramirez, Fernando Soquet, Flabián Nievas, Flavia Dezzutto, Flexer Angel Norberto, Florencia Adriana Macchioli, Florencia Belén Martinez, Florencia Blanca, Florencia Cristini, Florencia Gadea, Florencia Grossi, Florencia , abaig, Florencia Laura Gabian, Florencia Maffeo, Florencia Martínez, Florencia Mayorga, Florencia Micella, Florencia Moschini, Florencia Rodríguez, Florencia Soledad Medina Balbis, Florencia Zagales, Francisco Gelman Constantin, Francisco Naishtat, Franco Biasotti, Franco Donadio, Fuchs Jaime, Gabriel Coen, Gabriel Delisio, Gabriel Ernesto Katz, Gabriel Genise, Gabriel Paissan, Gabriel Ravano, Gabriel Videla, Gabriela Aurora Fernandez, Gabriela Gonzalez, Gabriela Gresores, Gabriela Jaime, Gabriela Liszt, Gabriela Martínez Dougnac, Gabriela Megna, Gabriela Roizen, Gabriela Squassini, Gabriela Vaccari, Gabriela Versiglia, Gala Crerar, Galosi Marta, Gastón Caligaris, Gaston Gutierrez, Gastón Siwacki, Gema Juarez Allen, Georgina Andrea Lavorano., Gerardo Oviedo, Gerardo Oyola, Germán Martínez Alonso, Germán Palkowski, Germán Solero, Germán Sznek, Gimena Bertoni, Giovanna Garcia, Giselle Lapalma, Gladys Perri, Gloria Ana Diez, Gloria Feierabend, Gloria Morelli, Gloria Pampillo, Gloria Pandolfi, Gonzalo Aguilar, Gonzalo Besteiro, Gonzalo Lagos, Gonzalo Martinez, Gonzalo Moyano, Gonzalo Romero Villaverde, Gonzalo Sanz Cerbino, Gonzalo Sebastián Kodelia, Gonzalo Urteneche, Graciela Aráoz, Graciela Aráoz, Graciela Cristina Sarti, Graciela Falbo, Graciela Guilis, Graciela Lemberger, Graciela López, Graciela Maxwell, Graciela Pampin, Graciela Perosio, Graciela Schuster, Graciela Speranza, Graciela Tustanoski, Griselda Micaela Laime, Griselda Miguel, Guadalupe Salomón, Guido Aníbal Benitez, Guido Olstein, Guido Prividera, Guido Saá, Guido Turdera, Guillermina Diaz, Guillermo Brudnick, Guillermo David, Guillermo de la Mata, Guillermo Echavarría Molloy, Guillermo Fernández, Guillermo Gigliani, Guillermo Izaguirre, Guillermo Korn, Guillermo Lanzillotti, Gustavo Brufman, Gustavo Daniel Obligado, Gustavo López, Gustavo Pabago, Gustavo Russo, Guy Incognito, Haydée Durán, Haydeé Noemí Vázquez, Haydée Palazzolo, Haydee Rita livschitz, Héctor E. Rubio, Héctor Franch, Hector García, Héctor Grisafi, Hector José Freire, Héctor Kohen, Héctor Löbbe, Herman Schiller, Hernán Ballesteros, Hernán Camarero, Hernán Fair, Hernán López Echagüe, Hernán M. Díaz, Hernán Petrillo, Hernando Turlione, Hilda Graciela Macías, Hinde Pomeraniec, Horacio Bilbao, Horacio González, Horacio López, Horacio Romero, Horacio Tarcus, Hugo Calello, Hugo Carlos Leale, Hugo Echagüe, Hugo Mengascini, Hugo Padula, Ian Kuschevatzky, Ianina Harari, Ianina Lois, Ignacio Dobrée, Ignacio Latorre, Ileana Andrea Penna, Ileana Celotto, Ileana Denisse Godoy, Ines Constanzo, Inés IZAGUIRRE, Inés Nercesian, Inés Regueira, Inés Rosa Montiel, Ines Urdapilleta, Irene B. Levy, Irene Meler, Irene Ovadia, Irene Rodríguez, Irina Kohan, Iris Acosta, Iris Winkler, Irma Elena Marc, Isabel Marazina, Isabel Steinberg, Iván Gabriel Dalmaum, Iván Gordin,  Iván Morales, Iván Torres Miño, Iván Tulissi, Ivana Salinas, Ivana Sverdlik, Ivanna Bleynat, Jacinto Armando, Jaime Epstein, Jaime Mocciaro, Javier Alvarez Gramuglia, Javier Fernández Míguez, Javier Gabino, Javier Garat, Javier Waiman, Jazmin Cusse Peschiera, Jesica Berman, Jesica Tamara Pereira, Jimena Perez Larraburu, Joaquín Cardoso, Joaquín Farina, Johanna Goldwaser Yankelevich, Johanna Merschon, Johanna Ojeda Sanese, Jorge Ariel Madrazo, Jorge Brega, Jorge C.Pelzmajer, Jorge Cernadas, Jorge Daniel Hermida, Jorge Dorio, Jorge Jenkins, Jorge Jinkis, Jorge Manuel Casas, Jorge Medina, Jorge Nelson Ahumada, Jorge Osvaldo Morina, Jorge Palant, Jorge Pinedo, Jorge Saborido, Jorge Sorda, Jorge Warley, Jorgelina Matusevicius, Jorgelina Núñez, José Alberto Sánchez, José Castillo, Jose Cesar Villarruel, Jose Leon Slimobich, José Luis LODIGIANI, José Nun, José Vazeilles, Juan C. Robles, Juan Carlos Capurro, Juan Carlos Michelini, Juan Carlos Montenegro, Juan Carlos Romero, Juan Carlos , Volnovich, Juan Duarte, Juan Dukuen, Juan Enrique Lutterotti, Juan Ignacio Miño, Juan José Olivera, Juan José Salinas, Juan Kornblihtt, Juan Librandi, Juan Luis Hernández, Juan Manuel Ciucci, Juan Manuel Duarte, Juan Manuel Vila Navarro, Juan Marino, Juan Mendoza, Juan Molina, Juan Pablo Pérez, Juan Rozengardt, Juan Wahren, Judith Fogler, Julia Raquel Boland, Julia Risler, Julia Rocca, Julián Alejandro Gallego, Julián Della Sala, Julian Díaz Daneri, Julián Rebón, Juliana Miranda, Julieta Bartoletti, Julieta Capece, Julieta Della Torre, Julieta Pacheco, Julio Bulacio, Julio C. Gambina, Julio Corigliano, Julio Kaegi, Julio Macera, Julio Rovelli, Julio Schvartzman, July Chaneton, Karina Bidaseca, Karina Glancszpigel, Karina Mouzo, Katy Garcia, Klaus Rosito, Laila Matschke, Larisa Antonela Mantovani, Laura Capella, Laura Celina Vacca, Laura Cuatrocchi, Laura Daniela Petracca, Laura Fernández Salazar, Laura Gambach, Laura Giussani, Laura Gobet, Laura Hakel, Laura Leibson, Laura Loredo Rubio, Laura M. Martins, Laura Meyer. Laura Mogliani, Laura Nuguer, Laura Rauch, Laura Romano, Laura Sotelo, Laura Sterlino, Laura Szapiro, Laura Tolazzi, Leandro Navarro, Leandro Zuberman, Leonardo Varela, Leticia Baronzini, Lenny Levy, Lía Comaleras, Lía Echegoyen, Liliana  Singerman, Liliana Borrega, Liliana Coccia, Liliana Cristina García, Liliana Dulbecco, Liliana E. Pérez, Liliana Giambelluca, Liliana Heer, Liliana Heisser, Liliana Herrero, Liliana Leslabay, Liliana Lukin, Liliana Millas, Liliana Piñeiro, Liliana Stengele, Lionel Martín, Lior Zylberman, Lola Castets, Lola Martina Urruty, Lorena Cañardo, Loreta Neira Ocampo, Lucas Daneloglu, Lucas Giono, Lucas Juan Frere Affanni, Lucas Poy, Lucas Prieto, Lucas Quiroga Zubreski, Lucas Soares, Lucia Cabrera, Lucía De Francesco, Lucia Di Fazio, Lucia Evangelista, Lucía Feijoo, Lucía Mabel Muguerza, Lucía Maffey, Lucía Maillo, Lucía María de Leone, Lucía Marocchi, Lucía Martínez, Lucia Matteri, Lucía Ortega, Lucía Ossoinak, Lucia Roitbarg, Lucia Salas, Lucia Seguer, Lucía Sosa, Lucía Szulman, Lucía Ugarte, Luciana Andreone, Luciana Calcagno, Luciana Caresani, Luciana Delfabro, Luciana Evangelina Lescano, Luciana Gandolfo, Luciana Ghiotto, Luciana Pia Faccini, Luciano Alonso, Luciano Guiñazú, Lucila Bruno, Lucila Collia, Lucila Fogiel, Lucila Mazzacaro, Lucila Medrano, Lucila Rotger, Lucila Santomero, Lucila Voccia, Luis Alberto Arellano, Luis Bartheborde, Luis E. Sabini Fernández, Luis Edgardo Argañarás, Luis García Fanlo, Luis Giménez Gowland, Luis Gusman, Luis Martín Paronetto, Luis Menéndez, Luis Mihovilcevic, Luis Morado, Luis Pecos, Luis Rodeiro, Lusardi Leandro, Mabel Bellucci, Mabel Franzone, Mabel Thwaites Rey, Macarena Gagliardi, Magalí Fernandez, Magdalena Aquino, Magdalena Benigni, Magdalena Jitrik, Magdalena Reca, Magdalena Teras, Maia Natasha Minovich, Maia Rubinsztejn, Maia Vargas, Maisa Bascuas, Malena Lenta, Malena Ramos Madero, Malena Rotstein, Malena San Juan, Malena Wasserman, Manuel Castillo, Manuela Anastasía, Manuela Wood, Mara Steiner, Mara Victoria Sanchez, Marcela Almeida, Marcela Belardo, Marcela Castria, Marcela Grosso, Marcela Pizzotiello, Marcela Visconti, Marcelo Borrelli, Marcelo De Leonardis, Marcelo Grifo, Marcelo Hernández, Marcelo Langieri, Marcelo Lombardero, Marcelo Ortiz, Marcelo Ramal, Marcelo Rapoport, Marcelo Summo, Marcelo Tuller, Marcelo Valko, Marciana Benítez, Marcos Cabeza, Marcos Mayer, Margarita Do Campo, Margarita Ezcurra, Margarita Rodríguez Planes, María Agustina De Ganay, María Alba Bovisio, María Alejandra Portela, María Alicia Gutiérrez, María Andrea Martínez Thompson, Maria Angeles Elias, María Ayelén Decuzzi, María Belén Demaria, María Bruni, Maria Carla Galvalice, Maria Cecilia De Paoli, María Cecilia Gómez Masía, María Cecilia Sánchez Idiart, María Cecilia Tonon, María Celeste Crapanzano, María Celeste Gómez, Maria Celeste Tortosa, María Chaves, Maria Constanza Alvarez Chardon, Maria Cristina Ares, Maria Cristina Caiati, María Cristina de los Reyes, María Cristina Martín, María Cristina Mozzon, María Cristina Rocca, María Cristina Venini, María del Carmen Angueira, María del Carmen Cachin, Marìa del Carmen Malbrán, Maria di Paola, María Elena Stella, María Elisabeth Manes Rossi, María Emilia Greco, María Eugenia Cadús, María Eugenia Chaia, María Eugenia Di Franco, Maria Eugenia Fazio, María Eugenia Jalif, María Eugenia Jeria, Maria Florencia Alonso Mangiarotti, Maria Florencia Garcia Diaz, Maria Florencia Morado, María Florencia Petronacci, María Florencia Soares Granja, María Gabriela Franco, María Gabriela Ragonese, Maria Gil de Muro, Maria Grundnig, Maria I Cuba, Maria Ines Garcia Crocco,  Maria Isabel Sampietro, María Jones, María José Franco, Maria Jose Montenegro, Maria José Olguin, María Josefa Isabel Costa, María Julia Curi Antun, María Julia Filippone, María Lanese, María Laura Carduza, María Laura Martínez Bigozzi, María Ledesma, María Lorena Rueda, María Lucía Buchar, María Lucía Santagata, María Luz Ayuso, María Mancuso, Maria Marta Foulkes, Maria Paula Barrau Vera, María Paulinelli, María Pia López, Maria Sara Muguerza, Maria Sofia Wulff, María Sol Cifuentes, María Sol González Cheliz, María Soledad Fernández Velasco, María Teresa Lamas, María Triana Pujol, Maria Violeta Pereyra, Mariana Arismendi, Mariana Carminatti, Mariana Casullo Amado, Mariana de Marco, Mariana Galvani, Mariana Giaretto, Mariana Gudelevicius, Mariana Hirsch, Mariana Isa, Mariana Juarez, Mariana Maañón, Mariana Noé, Mariana Sapriza Moran, Mariana Travadelo, Mariana Zárate, Marianela Ava, Marianela Recepter, Marianela Santillán, Mariano Dorr, Mariano Ernesto Mosquera, Mariano Mestman, Mariano Schlez, Mariela Bordones, Mariela Diaz, Mariela Gentile, Mariela Julia Hernández, Mariela L. Delnegro, Mariela Paolucc, Marilina Lema, Marilyn Alaniz, Marina Correa, Marina Dugour, Marina Gutierrez De Angelis, Marina Kabat, Marina Pollitzer, Marina Sosto, Marina Weinschelbaum, Mariné Nicola, Mario A Barrios, Mario A. Rizzi, Mario Argüello, Mario Arteca, Mario Ayala, Mario Hernández, Mario Krischcautzky, Mario Pecheny, Mario Sánchez Proaño, Mario Silber, Marisa Spina, Marisol Fernández Rodríguez, Marta Danieletto, Marta Delgadom, Marta Elena Grane, Marta Garcen, Marta Koltan, Marta Penhos, Marta Sosa, Martha Bardaro, Martín Acabel, Martín Almada, Martin Avalos, Martin Caparrós, Martín Cortes, Martín Cuyeu, Martín Di Giorno, Martín Duer, Martin Etchebehere, Martín García Sastre, Martín Lojo, Martin Rodriguez Miglio, Martín Samartin, Martín Trombetta, Martina García, Martina Granados Beacon, Matías Eskenazi, Matías Maiello, Matías Rodeiro, Mauricio Ezequiel Olivera, Mauricio Fau, Mauricio Riestra, Mauricio Torme, Mauro Cristeche, Maximiliano Duquelsky, Maximiliano Soler, Maximiliano Waldman, Mayra Romina Piriz, Melina Martire, Melina Nijlo, Melina Passarella, Melina Sáez, Melisa Aita Camps, Melisa Slatman, Mercedes Aguirre Saravia, Mercedes Petit, Mercedes Roffé, Mercedes Soledad Ibañez, Mercedes Trimarchi, Micaela Ascuy, Micaela Paré, Miguel A. Haiquel, Miguel Ángel Forte, Miguel Angel Nanni, Miguel Ángel Rossi, Miguel Angel Tobía, Miguel Garutti, Miguel Leone, Miguel Lezcano, Miguel Mazzeo, Miguel Ricardo Borzi, Miguelina Lariguet, Milagros Ortiz, Milena Gallipoli, Miño Alexis, Miriam Kriger, Miriam Varela, Mirta Barbieri, Mirta Fleitas, Mirta Isabel Fabre, Mirta Malfante, Mirtha L. Streiger, Molina, Cecilia, Mónica B.Cragnolini, Mónica Fernández Avello, Mónica Gatica, Morena Díaz, Morena Mauriño, Myriam Feldfeber, Myriam Ford, Nadia Davidovich, Nadia Ducato, Nadia Rabotnikof, Nahuel Gonzalo Abregú, Nahuel Lema, Nancy Viejo, Narez Diana, Natalia Álvarez, Natalia Ayala, Natalia Casola, Natalia March, Natalia Maya, Natalia Molina, Natalia Rizzo, Natalia Romé, Natalio Pagés, Nathalie Goldwaser, Natividad Marón. Nayla Vacarezza, Nazarena Solana Paz, Nélida Carrasco, Nélida Gentile, Nélida Muiño Estua, Nenina Boulliet, Néstor Jorge Dandrea,  Nicolas Allen, Nicolás Andrés García Roel, Nicolás Cambon, Nicolas Ciancaglini, Nicolas Cornejo Castellanos, Nicolás Garrera, Nicolás Kotliar, Nicolás Martín Silva, Nicolás Mauro, Nicolás Rubí, Noelia Gómez, Noemí Agostino, Nora Beatriz Idiarte, Nora Dominguez, Nora Kadener, Nora Souto, Norando Verónica, Norma Graciela Molle, Norma Ríos, Nuria Bril, O. Luis Pil, Ojeda, Olga Viglieca, Olga Waisman, Olivera Laura, Omar Acha, Omar E. Mayer, Omar Genovese, Ornella Sordelli, Oscar A.F. Perroti, Oscar Blanco, Oscar E. Bosetti, Osvaldo Hugo Cucagna, Osvaldo J. de la Cuétara, Pablo Alabarces, Pablo Ananía, Pablo Anino, Pablo Barbetta, Pablo Blanco, Pablo Bonavena, Pablo Bonafina, Pablo Díaz Marenghi, Pablo Fasce, Pablo Fidel Coremberg, Pablo Ghigliani, Pablo Jaitte, Pablo Levín, Pablo Mauas, Pablo Piedras, Pablo Pozzi, Pablo Rabey, Pablo Rieznik, Pablo Romá, Pablo Salguero, Pablo Sztulwark, Pablo Teti, Pablo Valle, Pablo Vommaro, Paloma Parula, Pamela Brownell, Pamela Zanniello, Pantaleon Riquelme, Paola Di Lernia, Paola Gramaglia, Patricia Barone, Patricia Berrotaran, Patricia H. Calabrese, Patricia Ingui, Patricia Laterra, Patricia Torres, Patricia Ventrici, Patricio Fontana, Patricio Vértiz, Paul Merchant, Paula Asis, Paula Bach, Paula Belmes, Paula Burd, Paula Costantin, Paula Ferreyra, Paula Lucia Aguilar, Paula Luciana Buratovich, Paula Varela, Paulette De Raco, Paulina Perla Aronson, Paulo Eduardo König, Paz Escobar, Pedro Galindez, Pedro l. Arias, Pedro Lacour, Pedro Resels, Perla Sneh, Pinetta Gustavo Eduardo, Puentes Juan Pablo, Raael Abramovici, Rafael Alberto Vázquez, Rafael Videla, Rafaela A. Martínez, Raquel Angel, Raquel Ismach, Raúl Correa, Raúl Illescas, Raul Manassero, Raul Sassi, Regina Capurro, Revista Topía, Ricardo Forster,Ricardo Goldenberg, Ricardo Ortiz, Roberto Izquierdo, Roberto Ben, Roberto Cossa, Roberto D?Alessandro, Roberto Lombardi, Roberto Pittaluga, Roberto Pozzo, Roberto Roldan, Roberto Vinciarelli, Rocío Aveleyra, Rocío Belén Panelo, Rocío Belén Zabala, Rocio Bottero, Rocío Deguer, Rocío Fernández Collazo, Rocio Laura Muñoz, Rocío Salgueiro, Rocío Stefanazzi, Rocío Villar, Rodolfo Gaeta, Rodolfo Gomez, Rodolfo Serrallonga, Rodrigo Cilenti, Rodrigo Hobert, Rodriguez Fontao Canela, Rolando Astarita, Rolando Revagliatti, Romina Borengiu, Romina Cagnoli, Romina Castro, Romina Ciaponi, Romina De Luca, Romina Eguez, Romina Franchino, Romina Smiraglia, Rosa D Alesio, Rosana López Rodríguez, Rosana Mensi, Rosario Blanco, Rossana Cortez, Rozados Maria de la Paz, Ruben Amaya, Rubén Dri, Rubén H. Ríos, Rubén H. Rojas Breu, Rubén Laufer, Rubén Lupiañez, Rubén Rosso, Rubén Silva, Sabrina Fischberg, Sabrina Guarino, Sabrina Guirado, Sabrina Panaino, Salvador Savarese, Samir Muñoz, Sandra Cafarelli, Sandra Valdettaro, Santiago Ambrogi, Santiago Cundari, Santiago D?Addezio, Santiago Gándara, Santiago Kahn, Santiago Martinez Luque, Santiago Morcillo, Santiago Pérez, Santiago Roggerone, Sara Glasman, Sara Vassallo, Sarah Samban, Scarpelli Agustín, Sebastián Chiarini, Sebastián Cominiello, Sebastian Jorge Muzyka, Sebastian Polischuk, Sebastian Risau, Sebastian Russo, Sebastián Salvia, Sebastián Santillán, Sergio Bensi, Sergio De Matteo, Sergio Di Nucci, Sergio Nicanoff, Sergio Pujol, Sheila Amado, Silvana Ablin, Silvana De Marco, Silvia Crescini, Silvia Dolinko, Silvia Gordillo, Silvia Grande, Silvia Inés González, Silvia Koffsmon, Silvia Lampugnani, Silvia Liliana Farrell, Silvia Llomovatte, Silvia Maeso, Silvia N. Carreras, Silvia Pérez Fernández, Silvia Yankelevich, Silvia Ramallo, Silvina Ayelén Alonso, Silvina Cuello, Silvina Moisés, Silvina Pantanali, Silvina Pascucci, Silvina Pichetto, Simón S. Esain, Sofía Ansaldo, Sofia Betina Suaya, Sofia Boro, Sofia Brihet, Sofía Jones, Sofia Maniusis, Sofía Moro, Soledad Negri, Soledad Zarlenga, Sonia Coca, Sonia Rodríguez, Sonia Sasiain, Splendiani Susana, Stefania Munari, Stella Grenat, Stella Liggerini, Stella Maris Roldán, Susana Isola,Susana Malacalza, Susana Marta Markendorf, Susana Murillo, Susana Murphy, Susana Ragatke, Susana Santos, Susana Sel, Susana Shirkin, Susana Skura, Susana Szwarc, Susana Tambutti, Susana Toporos, Suyai Vilariño, Sylvia Nasif, Tamara Fidanza, Tamara Perelmuter, Teodoro Lecman, Teresa Eggers Brass, Teresa Mc Donough, Teresa Suarez, Teresita Gómez, Tilda Rabi, Tobías Wainhaus, Tomás Calarco, Tomás Callegari, Tomás Dotta, Tomás Solari, Tomás Várnagy, Trejo Cabrera Paola, Tununa Mercado, Tzvi Tal, Ursula Manrique, Valentín Gavela, Valentina Viego, Valeria Alvarez, Valeria Arévalos, Valeria Bardi, Valeria Bolinaga Otero, Valeria Martìnez Del Sel, Valeria Orquera, Valeria Orsi, Valeria Pita, Valeria Segura, Vanesa Calafell, Vanesa Civila-Orellana, Vanesa Gochal, Vanesa Guz Bejar, Vanesa Vazquez Laba, Vanina Denegri, Vanina Modolo, Vanina Scocchera, Vázquez Mónica, Vera Basauri, Verónica Baudino, Verónica Fabio, Verónica Lanata, Verónica María Vassallo, Verónica Murray, Verónica Pujol, Verónica Schobert, Verónica Spoturno, Veronica Stainoh, Vicente Di Cione, Víctor Gerardo Aira, Victor Molina, Víctor Redondo, Victor Zavaleta, Victoria Dursi, Victoria Elena Márquez, Victoria Mateos, Victoria Otero, Victoria Rodríguez Do Campo, Victoria Salama, Victoria Souto Carlevaro, Victoria Servidio, Violeta Bruck, Violeta Orlando, Virginia Canton, Virginia Giannasi, Virginia Rodriguez, Viviana Battaglin, Viviana Campos, Viviana Miglioli,Viviana Montes, Viviana Norman, Viviana R. Gonzalez, Walter Wischnivetzky, Walter Wurm, Ximena Busto, Yamila Heram, Yamila Valeiras, Yamila Volnovich, Yanina Borghiani, Ycet Chacra.  Seguimos recibiendo firmas.

lunes, 28 de mayo de 2012

Carta pública a (todos) los miembros de la UBA, por Eduardo Grüner

Reproducimos la carta pública escrita por Eduardo Grüner como parte de la campaña por el reclamo para que el Rectorado cumpla con el derecho a opción y como un aporte al debate más general sobre la UBA.

Eduardo Grüner
Compañeros, colegas, amigos, conocidos, “público en general”:
El conflicto por los horriblemente llamados “jubilables” de la UBA podría estar alcanzando en las próximas semanas un punto culminante. Ya ha habido notas en los medios, programas de radio, circulan solicitadas y petitorios, hay miles de firmas en solidaridad con los afectados, y el 8 de junio se está preparando un gran acto bajo el formato de “clase magistral” a cargo de algunos / as afectados / as, deseablemente con presencia de los medios y de legisladores que votaron la Ley 26508 del año 2009, y que el rectorado desobedece con argumentos francamente deleznables.
Todo esto, sin embargo, con ser mucho, todavía no es suficiente. Ni siquiera todos los afectados, menos aún todos los miembros de la comunidad universitaria, no digamos ya la sociedad argentina en general –que es la que sostiene a la UBA con sus impuestos-, tiene una idea acabada de lo que se está jugando, de la ferocidad inaudita de esta embestida contra la mayor casa de educación superior del país (y probablemente del mundo: sí, del mundo , puesto que con nuestros 320 000 estudiantes ya somos más grandes que la UNAM, que tiene 14 veces más presupuesto que la UBA). La posible “liquidación”, por medio de una acción ilegal, de alrededor de 650 docentes de todas las categorías es una amenaza que de ninguna manera pierde su vigencia por el hecho de que sus designaciones hayan sido precariamente renovadas hasta el 31 de julio. Más bien al contrario, esta “renovación” se vuelve harto sospechosa justamente porque ha trascendido la promesa “extraoficial” de que luego se extenderá hasta el 31 de diciembre (y no al 31 de marzo, como es la costumbre académica): ¿por qué entonces no hacerla directamente hasta esa fecha (lo cual de todos modos sería improcedente, pues debería hacerse al menos por cinco años más)? ¿se está especulando con un “retroceso” motivado en nuevas “esperanzas” que permita seguir con las acciones? En todo caso, es un método que bien puede calificarse de sembrador de terror: crea incertidumbre, nadie está seguro de si le va a tocar o no, etcétera. Y no son solamente los mayores de 65 años los que de pronto han sido sumidos en ese túnel de inseguridad: ya los que hoy tienen 63 o 64 tienen que ir poniendo “las barbas en remojo”.
Sea como sea, de lo que se trata es de un gigantesco ajuste , no solamente económico, sino integral. Ya sería suficientemente catastrófico que se lograra echar (porque eso es lo que es: un despido sin preaviso ni indemnización, disfrazado de “jubilación” forzada e –insistamos en esto- ilegal ) a la “materia gris” más probada y de mayor experiencia de la Universidad, hombres y mujeres en plena actividad productiva en los campos de la enseñanza, la investigación, la extensión y la transferencia de saberes de todo tipo, la publicación de libros y artículos, y a la cual se la maltrata y humilla de la manera más desconsiderada haciéndole saber vía Banelco que no existe más para la Universidad, después de haber servido lealmente a la UBA durante décadas, y sin considerar la situación particular de tantos de ellos / as que por la propia historia del país de la cual fueron víctimas (exilio, imposibilidad de trabajar durante la dictadura) no ha podido sumar los años de aporte necesarios para recibir una jubilación digna, o que aún sumándolos, y creyéndose “amparados” por una Ley (votada por unanimidad del Congreso de la Nación en 2009), no ha iniciado sus trámites de jubilación, con lo cual de un día para el otro y sorpresivamente se los deja en la calle en el más pleno desamparo –situación doblemente grave en las facultades “no profesionalistas” donde la mayoría de los afectados vive exclusivamente de la docencia-. Hasta la peor de las empresas privadas está legalmente obligada a dar un mes de preaviso y la indemnización correspondiente al empleado que despide.  La UBA, evidentemente, no.
Pero aún al margen de tales consideraciones “humanitarias”, esta política intempestiva atenta de manera brutal contra la normalidad del trabajo académico en general. Significa  el desmantelamiento de cátedras enteras, de equipos de investigación, de  colectivos de producción científica e intelectual en todos los campos del conocimiento. Vale decir: no se trata tan sólo de los directamente golpeados, lo que ya sería suficientemente grave. Es toda la comunidad universitaria (docentes y estudiantes), es toda la práctica vinculada a la creación de saber la que sufrirá un empobrecimiento desastroso.
Pero este es sólo un aspecto. Este “ajuste” viene a sumarse a los tantos otros “ajustes”permanentes con los que tenemos que convivir, y que en cierto modo hemos “naturalizado”: por ejemplo, la existencia de algo así como un 30 % de docentes de la UBA llamados ad honorem , que sostienen las “trincheras” de la enseñanza, y a los que se les hace el “honor” de permitirles trabajar sin cobrar un centavo (o sea, poniendo plata de su bolsillo para trasladarse, comprar libros y materiales y demás), en lo que significa de hecho un sistema de trabajo cuasi-esclavo; o la existencia, entre los que sí cobran un magro salario, de algo así como un 70 % de docentes “interinos”, no-concursados, vale decir “inestabilizados” por la desidia, el atraso o el desinterés (desinterés bien interesado , en muchos casos) en el llamado y sustanciación de los concursos (vale la pena recordar que uno de los argumentos contra los “jubilables” que sí están concursados es que sus concursos están vencidos, como si su no renovación fuera culpa de las víctimas).
Es decir: bastan estos datos rápidos para advertir que la UBA es hoy la institución estatal con el índice más alto de precariedad laboral en todos los sentidos. Algo que debería ser absolutamente intolerable que ocurriera en cualquier lado –sobre todo en épocas en que tanto se nos señala la “recuperación de derechos”-, y con mucha más razón para una institución consagrada a la formación científica, intelectual y cultural de miles y miles de jóvenes que constituyen, también se nos dice, el denominado “futuro de la nación”.
Sin embargo –seamos sinceros con nosotros mismos- en general lo estuvimos tolerando . Aunque tenemos nuestras agrupaciones gremiales, nuestros sindicatos y nuestros ámbitos de reunión colectiva, la propia dispersión de nuestra presencia física en las facultades (que en sí misma es una consecuencia del “ajuste permanente”, ya que nuestros edificios no cuentan con los espacios adecuados, en muchos casos ni siquiera los espacios adecuados para trabajar), sumado a que estamos obligados a correr de un lado a otro para juntar de manera dislocada el dinero para llegar a fin de mes, y a cierto “individualismo competitivo” característico de la naturaleza de nuestro trabajo –muchas veces solitario- ha provocado esa “naturalización” del desastre que estamos describiendo.
Pero estamos llegando, al mismo tiempo, al límite de lo soportable. Entendámonos, por favor: se trata de la UBA, un lugar al que muchos amamos sinceramente y le hemos dedicado una buena parte de nuestras vidas. La docencia no es un trabajo de oficina, burocrático, rutinario, donde marcamos el reloj a la entrada y la salida, y de puro tedio nos escapamos a tomar un cafecito cuando el jefe no mira. La docencia es para el docente (primario, secundario o universitario) su existencia misma . Lo que le pase a la UBA nos pasa a nosotros mismos , en nuestras cabezas y en nuestros cuerpos.
Entonces, ¿nuestras cabezas y nuestros cuerpos van a seguir fingiendo que todo esto es “normal”, que quizá tiene sus problemitas y sus molestias, pero nada que no suceda en cualquier trabajo? No, no podemos. Nuestra dignidad humana y la dignidad de la UBA como institución está en la picota.
La cuestión es, por otra parte, profundamente política , en el más alto y noble sentido de la palabra. Es hora, en la UBA y en todas partes, de devolverle a esa palabra toda su altura y su nobleza. De no permitir que se la bastardee para los intereses mezquinos de camarillas semiocultas e irresponsables, que producen estos verdaderos atentados, incluso contra el propio lenguaje. Por ejemplo, al invocar nada menos que la “autonomía” (esa gran conquista de la Reforma de 1918) para producir este “ajuste” salvaje contra las propias condiciones mínimas de trabajo en la institución para cuyo trabajo fue conquistada esa autonomía. Es, esa invocación, una obscenidad perversa.
La sociedad para la cual trabajamos, la que paga nuestros salarios, no se merece este tipo de afrentas. Es ya en este primer sentido que decimos que la cuestión es profundamente política: en el sentido de que la polis , la comunidad de los ciudadanos, es aquella ante la que debemos rendir cuentas, y es la que en su conjunto debe tomar riendas en el asunto. Pero para que eso sea posible, debemos empezar por informarla y convocarla.
Hay también otros sentidos más precisos y “concretos” en los que esta es una cuestión política. Otro de los argumentos “perversos” que se nos da es que los docentes “mayores” deberían dejar el lugar a los más jóvenes que vienen “empujando”.  O sea, encima de perjudicarlos abusivamente desconociendo el derecho que les otorga una Ley nacional que contempla la opción por cinco (cinco, no veinte) años más, se los acusa de “taponar” el ascenso de los jóvenes, así como de estar “reteniendo” salarios que podrían usarse para rentar a una parte de los ad honorem . El viejo truco de dividir para reinar. Pero –aparte de expresar una ideología canallescamente neoliberal basada en una competencia “generacional” por el acceso a los recursos escasos- este argumento mezquinamente “administrativista” no resiste el menor análisis de política académica racional: con la mayoría de las cátedras sobresaturadas de estudiantes y subdotadas en términos de recursos humanos (pocos auxiliares sobreexplotados trabajando en la precariedad que ya vimos), lo racional sería desdoblarlas, crear nuevas cátedras para las mismas materias, sustanciar concursos, así “haciendo lugar” para los docentes jóvenes, y al mismo tiempo respetando los derechos de los actualmente al frente de esas cátedras.
Por supuesto, ello implicaría la decisión política de pugnar por un sustantivo incremento de presupuesto para la UBA (cuyos recursos están atrasadísimos no solamente en términos salariales, sino infraestructurales, edilicios, etcétera), y esto es lo que la actual conducción de la UBA no está dispuesta a hacer, sustituyendo esa política justa por una verdadera “guerra del cerdo” contra los docentes “mayores”.
¿Por qué no está dispuesta a hacerlo (como tantas otras cosas que harían falta)? Esta es una segunda dimensión de política “precisa y concreta”. La conducción de la UBA es hoy una estrecha entente entre sectores cercanos al gobierno nacional, sectores de la UCR y sectores vinculados al PRO. Los que en el plano de la política nacional aparecen como adversarios irreconciliables conforman al interior de la UBA una bien coordinada SRL (Sociedad de Responsabilidad Limitadísima) cuya función principal, más allá de los posicionamientos políticos individuales, parece ser la de garantizar la autoreproducción in aeternum de ese círculo de poder, de una suerte de “oligocracia” superestructural ajena a la vida cotidiana, material y concreta de las “bases” (docentes, estudiantes, no-docentes) que sostienen el trabajo universitario día a día, hora tras hora.
Discutir a fondo cuestiones como la presupuestaria significaría, para este grupo, entrar en estado de potencial conflicto con el gobierno y los partidos o grupos políticos que los sostienen. Eso –que además implicaría una movilización masiva del conjunto de la comunidad universitaria en apoyo a los reclamos- no pueden permitírselo: pondría en riesgo aquella autoreproducción permanente y su aferramiento al poder. No es verdad que en la UBA haya hoy “democracia”. En los hechos es una ínfima minoría la que está en posición de tomar las decisiones importantes, ya que por ejemplo –en otra vuelta de esta espiral hecha de círculos viciosos- la inmensa mayoría constituida por los docentes “interinos” no tiene derecho a formar parte de los consejos directivos de las facultades sino a través de la muy discutible ficción de los “graduados”. Ni hablemos de un sistema de representación “indirecta” que permite un férreo control de los padrones electorales (y esa es una razón nada menor del “cajoneo” de los concursos, sean puros o de renovación), de tal modo que hace ya décadas que se llega a las Asambleas universitarias sin las potenciales sorpresas proporcionadas por un auténtico debate plural, sino con todo bien “atadito” por los cabildeos desarrollados entre unos pocos en los pasillos y las oficinas oscuras.
Hace ya mucho tiempo que se requiere imperiosamente de una transformación profunda de los estatutos de la UBA, y muy particularmente de sus formas de gobierno, una transformación orientada a otorgar una auténtica ciudadanía universal a todos sus miembros, incluso poniendo en discusión muchas características del sistema de “claustros”. Para decirlo sucintamente: en la UBA ya resulta indispensable una gran segunda Reforma Universitaria, que la ponga “al día” con la “democracia radical”. Desde ya: para hacer esto –para hacer algo que no significa ninguna extrema “revolución maximalista”, sino sencillamente poner a la UBA “dentro de la ley”, como cuando se le pide que simplemente acate la Ley 26509- va a haber que pelear; el anquilosamiento en el poder de la SRL es pétreo, y no va a ser fácil sacudirlo.
Finalmente, y ampliando el círculo, hay una responsabilidad política del Estado nacional que no puede ser soslayada. La autonomía de las universidades nacionales lo es por supuesto respecto del gobierno, de los partidos políticos, de las empresas y corporaciones privadas y demás. No puede serlo de ninguna manera respecto de la sociedad que la sostiene y para la cual, como ya hemos dicho, la Universidad trabaja. Por otra parte, la UBA no eseconómicamente autónoma: siendo estatal y gratuita –y esta es una condición que debe ser mantenida y defendida a rajatablas- depende financieramente del Estado nacional. Es también a él, y no solamente al gobierno de la UBA, al que hay que exigirle que se haga cargo racionalmente de su mantenimiento, su crecimiento y su adecuado funcionamiento. Así como es el Estado nacional el que debe garantizar –a través de los mecanismos judiciales y / o parlamentarios que correspondan- que una institución estatal como la UBA acate las leyes del Congreso y el Estado, como en el caso de la 26509. No se puede permitir que nada menos que la Universidad más grande de la Argentina (y probablemente del mundo, como decíamos) esté lisa y llanamente fuera de la ley .
Habría muchísimo más que discutir, incluso desde una perspectiva “filosófica” muy amplia. ¿Qué significa en la sociedad actual haber alcanzado la eufemísticamente llamada “tercera edad”? Por poner un ejemplo grosero, ¿significa lo mismo, digamos, para un trabajador minero o un peón rural sometido a intenso desgaste físico, que para un docente universitario o un intelectual en general, que en condiciones normales a esa edad conserva y aún puede acrecentar los recursos de su trabajo mental? El hecho de que el sistema capitalista global esté estructurado sobre una rígida e irracional división entre el trabajo “manual” y el “intelectual” –algo que además en las últimas décadas ha cambiado sustancialmente, por lo menos en las ramas más tecnificadas de la economía- ¿significa entonces que no debemos tomar en cuenta los efectos de esa diferencia, cuando al mismo tiempo nada hacemos para transformar de raíz ese sistema?
También podríamos discutir qué significa hoy producir intelectualmente dentro de una institución como la UBA. Desde luego, no es siempre imprescindible ser un universitario diplomado, o ser profesor universitario, para tener una producción intelectual crítica e interesante. Maquiavelo, Spinoza, Marx, Freud, jamás dieron clase en una universidad. A Walter Benjamin le fue rechazada su tesis de habilitación (que se transformaría en ese extraordinario libro titulado El Origen del Drama Barroco Alemán ) para la Universidad de Berlín. Entre nosotros, Jorge Luis Borges no alcanzó nunca el título universitario. Ahora bien: ¿pueden esos casos excepcionales ser tomados como ejemplos para negar que gran parte del mejor trabajo intelectual es desarrollado por quienes son también docentes universitarios, y lo es hasta mucho después de los famosos 65 años (en algún otro lado hemos citado casos canónicos como los de Claude Lévi-Strauss o Hans-Georg Gadamer, fallecidos respectivamente a los 101 y 104 años en pleno ejercicio de la docencia y la escritura; en la propia UBA podemos citar ejemplos recientes como los de David Viñas o León Rozitchner, ambos fallecidos a los casi 90 años en plena actividad)? Y que no se nos diga que los profesores “mayores” de la UBA pueden ser contratados o declarados consultos. En primer lugar, eso no soluciona el problema de los docentes mal llamados “auxiliares” que hace años y años que esperan sus concursos cuando han alcanzado su edad “provecta”. En segundo lugar, aún los profesores (titulares, asociados o adjuntos) son contratados o consultos con una renta paupérrima que en la mayoría de los casos se reduce a una dedicación “simple” sin consideración de la antigüedad. Es decir: volvemos al debate presupuestario y todas sus ramificaciones políticas que ya hemos enumerado.
Y de todas maneras, para volver a la pregunta: ¿qué significa realmente nuestro trabajo intelectual en la UBA? No es un secreto que el mismo está cada vez más constreñido por un sistema crecientemente “productivista”, tecnocrático y burocrático (“kafkiano” en el sentido vulgarizado del concepto) bajo el cual se termina “premiando” (es una manera de decir) con becas, subsidios e “incentivos” –otro eufemismo perverso para hablar de compensaciones “en negro” a los salarios insuficientes- se termina “premiando”, decíamos, la repetición o el reciclaje anodino y rutinario de siempre los mismos papers para congresos inconducentes o revistas “indexadas”, los resultados de enjundiosas investigaciones Ubacyt son sepultados en algún archivo mohoso al que nadie jamás tendrá acceso, mientras muchos que escriben voluminosos e importantísimos libros no reciben el más misérrimo “puntaje” con el cual engrosar su curriculum vitae .
En fin, ¿para qué abundar? Por donde le busquemos la vuelta, la conclusión es siempre, dramáticamente, la misma: la UBA está en franca crisis. Así, no da para más, y sólo puede retroceder hacia un tobogán de patética decadencia. Hemos llegado al punto en que se nos obliga a decir –con un lenguaje anacrónicamente reminiscente de la filosofía de las Luces del siglo XVIII- que este embate contra los “jubilables” es el síntoma de una política de barbarie, oscurantismo y sinrazón. No obstante, la UBA sigue siendo –casi exclusivamente por el trabajo apasionado y “a pulmón”, en las peores condiciones, de aquellos docentes, estudiantes y no-docentes que la siguen amando pese a todo- una de las dos o tres universidades más prestigiosas de América Latina. Es nuestra tarea defenderla, allí donde sus desautorizadas autoridades no lo están haciendo (y al contrario, consciente o inconscientemente están contribuyendo a su catástrofe).
Afortunadamente, la comunidad universitaria ha demostrado tener aún capacidad de reacción. El escándalo de los “jubilables” ha operado como el emergente de un malestar estructural que parece estar encontrando en ese pre-texto (en el mejor y estricto sentido del término) una vía para volver a poner en el tapete las cuestiones profundas de su malfuncionamiento. Más allá de que puedan “solucionarse” (ni siquiera sabemos bien qué querría decir esto) los injustos casos particulares, el actual “encrespamiento” de las aguas debería servir para ahondar en el debate de una buena vez, para “patear el tablero” en la más saludable de las acepciones de esa expresión.
La acción más inmediata que podemos realizar es la de aportar de todas las formas que se nos ocurra para hacer que el acto político-académico del 8 de junio sea, como dijimos, un acontecimiento multitudinario y radicalmente democrático de denuncia y reflexión crítica. Distribuyamos esta convocatoria entre todos nuestros amigos, colegas, conocidos, familiares, contactos personales, políticos, mediáticos o lo que fuere, tanto dentro como afuera de la UBA e incluso de los ámbitos educativos, ya que, repetimos, este debería ser un tema de interés general y urgente para toda la sociedad nacional y, si fuera posible, internacional. Pero además, el acto del 8 de junio debería ser tan solo un punto de partida. Si queremos aunque sea orientar el proceso hacia los problemas de fondo, deberemos seguir bregando más allá de él y continuadamente por los medios más intelectual y políticamente rigurosos y consecuentes, pero también los más creativos y plurales. ¿Conocemos artistas, escritores, grupos de teatro, cineastas, poetas, científicos, periodistas, músicos, diseñadores, bailarines, “graffiteros”, lo que sea? Activémoslos. Convoquémoslos a que, haciendo lo que mejor saben hacer, “inventen” modos múltiples de hacer llegar esta problemática y este debate al espacio público, por supuesto los universitarios, pero también las calles, las plazas, los medios de transporte, los lugares de trabajo y reunión.  Transformemos el debate sobre la UBA en una gran movilización de las más creativas energías sociales. Desde ya, hay infinidad de otras situaciones sociales, políticas y culturales que pueden ser tanto o más importantes que la crisis de la UBA. Pero ahora es esto lo que tenemos entre manos. Y es una causa más que justa, que seguramente sensibiliza a una sociedad que fácilmente y por excelentes razones puede sentirla como suya. No desperdiciemos la oportunidad de una discusión importante, bajo la consigna más general pero también más estricta posible: No a la destrucción de la UBA.