Las elecciones universitarias, que se celebraron del 2 al 7 de septiembre, dieron como resultado el crecimiento y el triunfo de la izquierda como fuerza política. Estos resultados se dan en el contexto más general de la consolidación de la izquierda a nivel nacional, como se expresó en las PASO en las votaciones del FIT y del Partido Obrero. Esto es, del crecimiento de una perspectiva de los trabajadores, independiente políticamente del Estado y los partidos patronales tanto en las elecciones de legisladores nacionales y provinciales como en los sindicatos y ahora en la UBA.
El triunfo de la izquierda en siete centros de estudiantes (Filosofia y Letras, Sociales, Psicología, Exactas, Veterinaria, Farmacia y Arquitectura) revela, de un lado, la extensión de la crisis del gobierno kirchnerista –anticipada en las elecciones del pasado 11 de agosto- junto con la del conjunto de camarillas que gobierna la UBA. Del otro, la consolidación de una salida por izquierda que apoyaron los estudiantes en una elección histórica.
Presionados por un cuadro de crisis política, la desorganización económica y el resultado de las PASO, las camarillas que dirigen la universidad despolitizaron las elecciones y pasaron a utilizar argumentos técnicos burocráticos para garantizar su continuidad mientras dejan a miles de docentes e investigadores sin concursos o financiamiento, en condiciones de ad honorem o cesanteándolos al no aplicar la ley 26.508. En todos los casos y claustros –y con la sola excepción de la izquierda- dominó la defensa de la gestión burocrática y la agitación de fantasmas (o ambas en simultáneo).
Los resultados echaron por tierra la tesis de quienes ven a un gobierno fuerte, argumento con el que pretenden clausurar las luchas, o quienes lo definen como un gobierno en disputa. Así lo demuestra el otro gran derrotado político de estas jornadas: el centroizquierda (Marea Popular) que fabuló hasta el último momento la amenaza de un inexistente avance K y perdió los cuatro centros que dirigía.
Se abre una oportunidad para hacer oír otra voz y abrir el debate en todos los órganos de gobierno de la UBA y de distintas facultades. De plantear y movilizarnos por todas las reivindicaciones históricas de estudiantes, docentes y no docentes, como la democratización del gobierno universitario y la derogación de la Ley de Educación Superior menemista mantenida durante toda esta década.
La alternativa propia y de izquierda a la desorganización económica y social en curso en el país se expresa en la lucha por una universidad asentada sobre nuevas bases.
En este cuadro, ¿cómo debemos afrontar nuestras tareas?
Los docentes universitarios debemos enfrentar frontalmente la orientación que llevan adelante el Gobierno,las camarillas y sus aliados para la universidad.
En los próximos nueve meses (hasta junio 2014) solo recibiremos un incremento salarial de un 4% en diciembre y de un 7% en enero, sobre los salarios de septiembre de 2012. El Secretario de Políticas Universitarias, Martín Gill, ha manifestado abiertamente su negativa a la reapertura de la negociación salarial.
Por otra parte, venimos exigiendo la inmediata puesta en vigencia de los acuerdos paritarios sobre Licencias y Seguridad e Higiene, y la continuidad de las negociaciones para alcanzar el Convenio Colectivo de Trabajo, único, a nivel nacional, para los y las docentes dependientes de las universidades nacionales.
Asimismo, el Gobierno mantiene sobre nosotros/as y el conjunto de los/las trabajadores su política de confiscación salarial por la aplicación del impuesto a las ganancias sobre los salarios y el tope en el pago de las asignaciones familiares.
En materia presupuestaria, el Secretario de Políticas Universitarias manifiesta que se mantendrá la política vigente (de ajuste). El presupuesto de las UUNN sirve sólo para pagar los salarios de docentes y no docentes, ya que a ello se destina por lo menos el 90% de los recursos asignados a cada universidad. El salario para los/las docentes ad honorem, la ampliación de la planta docente, el desarrollo de la carrera docente, las promociones, los recursos para investigación y extensión, la capacitación gratuita en servicio, la solución de la crisis edilicia, las becas estudiantiles, el reequipamiento de las bibliotecas, no están contempladas ni en el presupuesto actual ni el próximo. Mientras, se incrementan en un 73% las partidas para el pago de la deuda pública.
Contra esta política se ha pronunciado masivamente el movimiento estudiantil y porciones crecientes de los docentes a través de las elecciones de graduados.
Saludamos a todas y todos los compañeros que nos dieron su apoyo. En las elecciones universitarias los llamamos a hacer un frente con la izquierda. Ahora los convocamos a fortalecer este reagrupamiento participando y trabajando colectivamente en los consejos directivos y en el sindicato AGD UBA para sentar las bases de otra universidady para defender los derechos de estudiantes, docentes y no docentes.
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