Filo: ¿Qué está pasando en el Laboratorio de Idiomas?

La situación de precariedad de los docentes de la Facultad de Filosofía y Letras es realmente alarmante. A los precarios, inadecuados y ad honorem, que en Filo suman más de 600 casos, debemos agregar a casi 300 docentes del Laboratorio de Idiomas, invisibilizados en la categoría de monotributistas. Con esta figura se licúa la relación de dependencia, pero además su situación se torna más inestable porque la apertura de los cursos depende de la cantidad de alumnos inscriptos. Así, frente a una caída de la matrícula, los cursos cierran y la continuidad de la fuente laboral se pone en cuestión. Esto también sucede en otras facultades de la UBA, pero en Filo son los docentes del Laboratorio los que viven esta extrema precarización que expresa la tendencia a la mercantilización de la educación pública.

Contrato mejorado y estabilidad

La precarización laboral en el Laboratorio de Idiomas se ha manifestado de diversas formas desde su fundación. Hasta hace un tiempo los docentes del Laboratorio carecían de vacaciones pagas, licencias por enfermedad o embarazo, feriados, aumentos ligados a las paritarias docentes y otros beneficios. Muchos de estos puntos fueron conquistados por los docentes organizados a partir de la huelga de 2010. Sin embargo, aun no se consiguió que estos criterios se validen en forma unificada en todas las sedes y entre los distintos proyectos que se encuentran en una situación de precariedad aún mayor y son gestionados directamente por la gestión.

El problema se agrava cuando vemos el estado en el que se encuentran las instalaciones donde se desarrollan las principales actividades del Laboratorio. En la sede 25 de Mayo es frecuente que no funcionen los ascensores, el sonido de las aulas es malo, los baños se encuentran en mal estado y los docentes no cuentan con los insumos necesarios para desarrollar sus tareas. El aumento del valor de las cuotas y la falta de una propaganda adecuada terminaron por minar la inscripción de nuevos estudiantes.

Frente al descenso en la inscripción, los docentes plantearon como salida inmediata la necesidad de discutir con la gestión un contrato mejorado único para los docentes de todas las sedes. Aun se está discutiendo este punto, y es necesario que se aplique inmediatamente. Este contrato, de todas formas, mejora la situación de los trabajadores pero no resuelve el problema de fondo: la inestabilidad laboral y salarial. Así quedó manifestado cuando la gestión de la facultad amenazó con recortes entre los coordinadores de inglés como producto de la caída de la inscripción.

Para enfrentar esta política, en la última asamblea docente de Filosofía y Letras desde la Agrupación Naranja propusimos que se vote  apoyar a los compañeros del Laboratorio y las medidas que resuelvan para conseguir las mejoras planteadas. Planteamos que debía reafirmarse, de cara a la gestión, la unidad de todos los docentes de la facultad, y nuestra oposición a que sufran cualquier deterioro o trato diferenciado que empeore sus condiciones de trabajo. Nos solidarizamos con sus reclamos de estabilidad laboral y rechazamos cualquier recorte o deterioro en sus salarios y condiciones de trabajo.

Todos debemos mantenernos atentos ante la posibilidad de un nuevo intento de recorte laboral, esta vez entre los coordinadores de inglés. Es fundamental mantener la organización, la discusión en asambleas, y la presentación de los reclamos por medio de sus delegados y acompañados por la AGD.

Planteamos a los compañeros y compañeras del Laboratorio la necesidad de comenzar a discutir seriamente la cuestión de la estabilidad laboral y salarial frente al impacto que pueda tener una nueva deserción estudiantil en sus horas de trabajo.  Es la UBA la que debe hacerse cargo de los salarios docentes y no las leyes del mercado. Debemos trabajar en conjunto para conseguir la inmediata implantación de un contrato mejorado en los términos que lo necesitan los docentes y la inmediata mejora en las condiciones edilicias y de cursada.