En su 11º semana, la tenaz huelga de los docentes universitarios de Tucumán ha logrado nuevas victorias.
El lunes 4, un piquete docente defendió a los estudiantes que estaban tomando el rectorado de una provocación organizada por las autoridades utilizando al gremio no docente. La convocatoria de las autoridades fracasó en su convocatoria a los docentes y estudiantes para levantar la huelga, y quedó reducida a no docentes y funcionarios, que desistieron de cualquier avance ante la resistencia docente estudiantil.
A la noche, una masiva marcha de antorchas reunión a más de 1200 personas y demostró que la lucha docente sigue con mucha fuerza.
En la mañana del martes 5 tuvo lugar la audiencia de conciliación que el Ministerio de Trabajo había convocado por una orden del Juez Federal. Luego de un intenso debate la ADIUNT concurrió a la misma sin levantar la huelga, movilizando un piquete de 300 docentes con la consigna “la única conciliación posible es con la satisfacción de nuestros reclamos”.
La audiencia era una apuesta conspirativa desde el Estado para levantar la huelga, pero se deshizo en un bleuf ante la fuerza de la docencia. En la audiencia, el Ministerio de Trabajo aclaró que no era una conciliación obligatoria, le negó a la UNT la misma y el Ministerio de Educación fue, según sus propias palabras, porque lo obligaron. La audiencia dejó expresarse una crisis por arriba entre el gobierno nacional y las autoridades universitarias, que expresa a su turno la desintegración del oficialismo nacional en defol (choque entre el sector de la Cámpora que dirige la Sec. de Políticas Universitarias y que fue desplazado de la universidad, y la rectora alperovichista).
Las autoridades tuvieron que recurrir al PCR para intentar levantar la lucha y la toma del rectorado. La CEPA jugó un papel divisionista, pactando con la rectora la convocatoria a la Asamblea Universitaria para el 28 de Noviembre, cuando la docencia exige que sea el 15 de Septiembre. Su sector docente propició una declaración llamando prácticamente a la rendición de la lucha y el levantamiento de la huelga.
Fracasaron, en ambos casos.
En la madrugada del miércoles 6, una patota de seguridad de la UNT entró militarmente al rectorado y ocupó una parte del mismo para permitir que sesione el Consejo Superior y fije la Asamblea Universitaria en noviembre. A su vez, insisten con un pedido al Ministerio de Trabajo de conciliación obligatoria.
Toda esta conspiración, sin embargo, no está siendo denunciada por la directiva de Conadu H y por un sector del oficialismo de Adiunt.
Desde la Agrupación Naranja apostamos por el sostenimiento de la huelga y el plan de lucha en esta fase decisiva, a organizarnos en cada facultad y escuela, plantear una jornada de lucha provincial, convocar nuevamente al paro nacional universitario (que sigue en San Luis, Salta y Lujan) para enfrentar las presiones del Estados y para arrancar nuestros reclamo adicional de emergencia y asamblea universitaria en septiembre
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