sábado, 14 de junio de 2014

Se nacionaliza la lucha de los docentes universitarios: la primera victoria de la huelga tucumana

Tres semanas de paro por tiempo indeterminado de los docentes tucumanos fue la chispa que incendió las universidades argentinas. El combustible lo proporcionó el ministro Alberto Sileoni al ofrecer, después de 16 meses de congelamiento salarial, un 16,5% como primera cuota y a cobrar recién en agosto. Esta provocación desencadenó el paro por tiempo indeterminado en las universidades de Río Cuarto, Rosario, Mendoza y San Luis. Las burocracias sindicales ya no pudieron contener la rebelión docente en marcha.

Las razones del rechazo a la propuesta salarial del Gobierno son estratégicas. El ministro Sileoni y los rectores quieren discutir dentro de un año (en las vacaciones de invierno de 2015) el salario de los docentes para tratar de imponer el inicio “normal” del ciclo lectivo del año próximo y separarnos de la lucha de los docentes de los restantes niveles.

Con esta propuesta de 16,5% en agosto, 5% en octubre y 5% en diciembre, el ministro de Educación, los rectores y las burocracias sindicales quieren hacer pasar el ajuste en la universidad y descargar la crisis sobre los trabajadores. Con el reclamo de $8.000 al básico y el 40% retroactivo a enero, levantado por la huelga tucumana y la AGD UBA, no solo luchamos contra este ajuste sino que exigimos un salario inicial igual a la canasta familiar.

La batalla de Tucumán

En este cuadro, de nacionalización de la huelga indefinida, se desarrolló el Plenario de Secretarios Generales de la ConaduH en San Miguel de Tucumán. El mismo sesionó luego de una asamblea de la que participaron más de 500 docentes y de una marcha a la Plaza Independencia en la que se movilizaron más de 2.000 compañeros. Durante el Plenario hubo una presencia permanente de más 300 docentes huelguistas que exigían a la ConaduH un paro nacional de todas las asociaciones presentes.

La dirección de la ConaduH no desarrollaba la nacionalización de la huelga tucumana. Por un lado, porque se resolvían “paros gotera” de 48hs, “porque eso es lo que aguantaban las bases”. Por el otro, porque se presentó como una conquista un convenio colectivo que la patronal (30 rectores y el propio Ministerio) se niega a firmar y que no garantiza la estabilidad laboral.

A pesar de las burocracias sindicales y de la dirección de la ConaduH, los $3.200 de básico que hoy efectivamente percibe el cargo testigo desataron las fuerzas elementales de la lucha docente. En este contexto, los docentes de Tucumán, Río Cuarto, Cuyo, Rosario, San Luis, impusieron un paro nacional de una semana y un Congreso Nacional de la Conadu Histórica para evaluar cómo seguir la lucha.

Más allá de los ritmos de cada universidad y de los grados de cumplimiento de la medida de fuerza desplegada desde el mes de marzo, la Agrupación Nacional Naranja planteó que la dirección de una Federación debe apoyarse en los sectores más dinámicos, nacionalizar el conflicto y organizar en la práctica el movimiento de lucha docente. Por ello necesitamos de un Congreso de delegados con mandato de todos los docentes, cualquiera sea la federación en la que se encuentre, para organizar y dirigir esta lucha en todo el país.

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